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 Los diez álbumes indispensables de Hugh Hopper - El Chamberlin - n° 16 - Febrero 2016



LOS DIEZ ÁLBUMES INDISPENSABLES DE HUGH HOPPER

 





Olivier Delaporte
Traducción de Chema Chacón.




I prog o el rock progresivo es una especie de gran armario ordenado en el que se ha almacenado a grupos o músicos muy diferentes y que, en ciertos casos, no tienen apenas casi nada en común; de Yes a Univers Zero ise podría decir que la diferencia es inmensa!

En realidad, al principio prog significaba grupos o artistas de quienes el paso consistía en hacer evolucionar una base musical que más o menos todo el mundo entendía, y que se designó como pop-rock. Pero si algunos músicos simplemente hicieron evolucionar el género rock, otros crearon francamente una nueva identidad musical retomando la energía del rock, pero también la improvisación del jazz o la sofisticación de la música contemporánea. Si hoy la música de Henry Cow se nos ha vuelto familiar es siempre interesante intentar imaginar la desorientación que ha ejercido en los oídos de la época. Para enredar todavía más las cosas existen grupos donde la música evoluciona considerablemente, y a veces en poco tiempo; este fue el caso de Soft Machine que en apenas un año va a dar un gran salto, ese año activo de mediados de 1969 a los primeros meses de 1970.

Dos músicos van a influenciar el curso de las cosas durante este período: Elton Dean y Hugh Hopper. Mientras que Robert Wyatt y Mike Ratledge son todavía permeables a numerosas influencias, Hopper y Dean parecen claramente atraídos por la música instrumental, improvisada y muy definidamente influenciada por el jazz. Esto que está muy claro para Elton Dean, es más ambivalente en Hopper; de hecho, la técnica de amplificación de su bajo (fuzz) le va a permitir enganchar sonidos que se asemejan unas veces a la guitarra eléctrica, otras al sintetizador. Él y Ratledge quedan seducidos por los sonidos masivos presentes en el rock gracias a la guitarra, a este respecto te sugiero la escucha de Grides, un directo de Soft Machine grabado a principios del año 1971, donde el sonido del bajo de Hopper y del teclado de Ratledge nunca han estado tan próximos.




Estamos pues en la época donde estos músicos producen una música muy difícil de clasificar y que se le llama todavía prog: Leg End de Henry Cow o Third de Soft Machine. La ambivalencia existirá todavía durante algunos años en Hatfield and the North o en los primeros álbumes de National Health o de Gilgamesh. ¿Dónde colocar estos discos, en el jazz rock, en el rock? No, ien el prog! Esta ambivalencia ha hecho que todos estos músicos hayan creado un público además de haber conseguido seducir masivamente al público rock o jazz. La principal notoriedad de Fred Frith en el campo del rock no es mucho más elevada que la de Pip Pyle al lado de los aficionados de jazz. El único que ha adquirido finalmente sus cartas de nobleza en el jazz es sin duda Elton Dean, hasta el punto de que algunos de los que le siguen desconocen no solamente que él ha formado parte de Soft Machine sino además que él no ha abandonado nunca totalmente este entorno, manteniéndose en grupos como Soft Heap o Soft Works durante toda su carrera.

Puesto que estas columnas son las de una revista de jazz y de impro (1), me parece interesante evocar a un músico que no se beneficia en realidad de la consideración de los públicos de ninguno de estos dos estilos pero que, como escribo más arriba, se está fraguando su propio público. Sin embargo, Hugh Hopper merece sobradamente figurar en las discotecas de aficionados al jazz en todo caso, de estos y de los que saben escuchar la música tal como es, sin tener demasiado en cuenta clasificaciones asignadas por los biógrafos y otros críticos musicales.

A pesar de todo y a favor del público, ¡puede decirse que Hopper no ha puesto de su parte! En el momento donde se le hubiera podido capturar al fin en la categoría de jazz o jazz-rock iría a maquinar con guitarristas para producir álbumes claramente orientados al rock, como con el grupo Glass Cage o también Brainville. Es cierto que el eclecticismo no se percibe siempre como una cualidad; debido a esto, para un cierto número de aficionados al jazz, Hopper se queda siempre en el purgatorio, incluso en el infierno. Voy a intentar que salga.

La ocasión me viene dada con esta serie que le es consagrada en forma de diez CDs publicados por el sello Gonzo, de los cuales ya se han publicado los nueve (2) primeros números. Estas líneas permiten también rendir homenaje al echado en falta Michael King, quien nos ha abandonado hace unos meses (3), ingeniero de sonido fabuloso habiendo restaurado con un infinito respeto numerosas grabaciones, todas ellas excelentes.

Es Michael King quien ha trabajado en la constitución de esta retrospectiva magníficamente realizada. King era además un sincero admirador de Hugh Hopper. Se supera a sí mismo con esta serie. Cada uno de estos diez CDs, con la excepción del primero y del último, se centran en un grupo concreto y el conjunto de estos discos cubre mayoritariamente los años 1990 a 2000.



Soft Machine en 1970, Elton Dean, Robert Wyatt, Hugh Hopper y Mike Ratledge


En efecto, si durante los años 1970 la trayectoria musical de Hugh Hopper se quedó bastante limitada al prog, desde mediados de los años 1980 hasta su muerte se han multiplicado las experiencias musicales y los encuentros; estos dos decenios estaban muy poco documentados antes de la llegada de esta colección. Pero antes de evocar estos diferentes grupos comencemos lógicamente por el primer volumen que se presenta bajo la forma de una compilación, estando particularmente bien pensada.


Volume 1 – Memories

Si en el seno de Soft Machine Elton Dean y Hugh Hopper eran quienes manifestaban el atractivo más claro hacia el jazz, los centros de interés de Hopper estaban en esta época más dispersos, como testimonia el álbum 1984, grabado en el verano de 1972. Este disco está muy alejado del free jazz de la época pero, sin embargo, es este alejamiento lo que debió captar la atención de los aficionados al género. En efecto, el collage casi esquizofrénico que constituye este disco es un desafío a la conveniencia musical, al menos tan importante como los más grandes clásicos del free.

Portada alternativa del disco 1984 (1973)
en la reedición de 1979 del sello
Atmosphere Records

Choque frontal entre Lovecraft, Terry Riley y el Rhythm & blues, así se podría resumir este disco en el cual se encuentra la primera versión de 'Miniluv', una composición que va a jalonar estos diez volúmenes encontrándose en buen número de ellos. Por la diversidad de las grabaciones que constituye Memories Vol. 1 ilustra pues, bastante bien, la amplitud de miras de Hugh Hopper y se comprueba por tanto una excelente introducción. Era difícil no comenzar por Soft Machine ya que sin decir que todo comenzará aquí para Hopper, la máquina blanda ha sido a pesar de todo la rampa de lanzamiento.

Reemplazando a Kevin Ayers en 1969, Hopper es el primero de los dos músicos que van a influenciar di grupo Soft Machine en una dirección más instrumental y experimental. Pero el título 'Memories' que inaugura, o casi, esta compilación está más en el espíritu de Two que de Third.


Quien abre, o casi, es la voz de Hugh Hopper porque de hecho es el primer sonido de este CD, una voz que va a presentar cada pieza; Memories Vol. 1 se presenta pues como una especie de emisión de radio en la cual se podría dar carta blanca a Hopper y la idea se revela un acierto que funciona muy bien. Más de treinta años separan la primera de la segunda pieza, el disco continúa con la 'Frangloband', luego a continuación es 'North & South'. No voy ahora a detenerme sobre estas dos formaciones cuando son ellos dos el objeto de dos volúmenes posteriores. Lleguemos primero a otros tres títulos de este álbum. El primero es 'Playtime', una composición de Alan Gowen con el cual Hopper tocó regularmente en la segunda mitad de los años 1970. Fundador de Gilgamesh y co-fundador de National Health, se puede decir que Gowen ayudaba a Hopper a sublimar su atracción por el jazz rock. Pero la complicidad entre estos dos músicos iba más lejos; en efecto, 'Two Rainbow Daily', que ellos grabaran en 1980, no tiene mucho que ver con las sonoridades del jazz rock de la época, este álbum va más allá del simple dúo intimista que parece. La reinterpretación de 'Playtime' que se puede escuchar en este primer volumen suena más "eléctrica" pero constituye un bello homenaje a esta complicidad. En el registro de las curiosidades que hacen de esta introducción un CD indispensable se encuentra también un dúo con Nigel Morris. Aquí también los dos músicos tienen un background común que se remonta a los años 1970, en la época en la que Hopper durante un tiempo tocó con Isotope.



Isotope, 9 de enero de 1975, Gary Boyle, Nigel Morris, Hugh Hopper y Laurence Scott


Pero desde los años 1980 Nigel Morris trataba con el free jazz siendo uno de los tres miembros del Paul Rutherford Trio, con Paul Rogers. Este dúo Hopper / Morris se coloca en la categoría de los inclasificables, Morris toca en la regrabación todo un conjunto de percusiones sobre la cual Hopper llega a incorporar su bajo, no solamente el título es muy acertado sino que además viene a completar la discografía de Morris que es más bien escasa. Este primer volumen se termina con un collage de diversas fuentes sonoras, músicas, voces, ruidos efectuados por Hugh y que nos reenvía a la época de 1984 donde él había utilizado por primera vez ese proceder de bucles sonoros presentándose en la época como uno de los precursores de un efecto hoy más de democratizado. Salvo que en la época de 1984, no había ordenadores que permitieran el muestreo del sonido, iél llegaría a trabajar con la cinta magnética y las tijeras de edición! En el momento de la salida de Memories Vol. 1, en 2013, todo salió a pedir de boca y la suite no ha decepcionado como veremos.



Volume 2 – Frangloband


Del Hugh Hopper músico, y también compositor, son precisamente estas composiciones que han sido escogidas con preferencia para esta serie. Trataremos pues el segundo volumen bajo este ángulo, puesto que ofrece un punto de vista apasionante.

Volume 2 - Frangloband, como su nombre indica, presenta al bajista de Canterbury acompañado de un grupo francés. El guitarrista Patrice Meyer toca con Hopper desde mediados de los años 1980; los otros dos músicos, Pierre-Olivier Govin y Francois Verly se unirán más tarde.

Este disco, que reproduce un concierto dado en Triton en 2003, se abre con 'Facelift', la pieza que inicia precisamente Third de Soft Machine y que marca de verdad el impacto de Hopper en el grupo. Para estos y los que están en relación a 'Facelift' surge forzosamente una pregunta: cómo se puede tocar esta pieza después de más de treinta años tras las versiones explosivas que se han podido escuchar en los diferentes directos del grupo, puesto que durante los años 1980 Hopper había dejado un poco de lado este título.




Frangloband en la sala Spirit of 66 el 30 de mayo de 2004, Patrice Meyer,
Pierre-Olivier Govin, Manuel Denizet y Hugh Hopper)


La obertura del tema es bastante rigurosa, casi geométrica en los arreglos y para devolverle esta rigurosidad, Hopper y Meyer han echado mano de algunos artificios sonoros; sin llegar a sacar del olvido el sonido de su fuzz bass de la época, Hopper le devuelve sin embargo un sonido bastante cortante, mientras que Meyer da a su guitarra el estilo de una syntax a lo Holdsworth. A pesar de todo, no se vuelve a los ambientes de batallasas electrónicas o de desenfreno pirotécnico a lo Ratledge, pero el guiño está. Cuando la pieza se instala en su fase más rítmica, Verly la aborda de manera menos directa que lo hacía Wyatt, platillos y tambor entran más en juego.



 

Caricatura de Hopper realizada
por Jos Thommassen incluida en el libreto
de este Volumen 2



La lección que se saca es que ‘Facelift' permanece aún hoy como un formidable terreno de improvisación donde algunos músicos actuales faltos de ideas deberían inspirarse. Podrían también inspirarse de 'Shuffle Demons', otra composición de Hopper, no tan antigua como aquella pero, con todo, muy próxima a lo que se hacía en el prog en la gran época y sobre todo en el primer National Health (véase ‘Tenemos Roads'). Sobre un ritmo que queda poco más o menos idéntico durante toda la pieza, esta se desarrolla en cuatro descripciones constituyendo, cada una, una mini composición en un grupo con, cada vez, un ambiente singular. Basta con escuchar esta versión aquí para darse cuenta que el tema es una fuente de improvisación más o menos inagotable.

'Howny Brownie' marca el interés de Hopper por el ritmo y blues puesto que este tema habría podido salir todo seguido de un grupo de blues rock. Para este título, Hopper muestra que la simplicidad de una composición puede de hecho permitir a los músicos liberar toda una energía de interpretación, es el caso aquí; y el final repetitivo hubiera podido durar tres o cuatro minutos más, que uno no se cansaría.

Por último el ineludible 'Miniluv'. Visiblemente Michael King consideraba este tema como importante puesto que lo ha reservado en cinco de los diez volúmenes y, en efecto, esta composición responde a mi parecer a una genialidad, como lo ha sido 'Acknowledgement' para Coltrane. Estas dos piezas que aparentemente no tienen nada que ver tienen, de hecho, un punto en común y esto permite abordar una transición ideal sobre North & South volume 3 puesto que 'Miniluv' figura también.


Volume 3 – North & South


Este tercer CD es también uno de los más largos de toda la serie, durante más de una hora recoge un concierto dado el 24 de agosto de 1995 en un pequeño club de Aberdeen. Está acreditado a Hugh Hopper y Mike Travis. Aunque Hopper y Travis no se han cruzado en el camino regularmente, todo esto ya comenzó con Gilgamesh veinte años antes, el grupo que se puede escuchar en este disco ha tenido una vida bastante corta y es una lástima a la vista de las impresiones que proporciona la escucha.

El público parece bastante limitado a un pequeño número, se deduce en todo caso una impresión de intimidad y la sensación que el grupo no estaba allí ni para demostrar ni para impresionar, sino simplemente por el placer de tocar. Basta escuchar la entrada de Steve Kettley al saxofón en composiciones como 'Miniluv' o 'Shuffle Demons' para convencerse de lo que tiene que ver con músicos que no hacen figuración.

Había evocado la relación que se podía apreciar entre 'Acknowledgement', de Coltrane y 'Miniluv'. En realidad, esta relación reside en el hecho que en los dos casos el bajo sugiere el ritmo pero también la melodía. En ambas, el tema melódico propuesto es bastante simple pero su intrincación en el ritmo hace una base extremadamente sólida para él o los improvisadores, así como para el grupo que le apoya. Kettley lo demuestra tanto en el sentido de volar literalmente con una soltura desconcertante. Veremos en el volumen 4 cómo esta composición es abordada por un dúo de saxo y trombón.




Dos títulos más adelante, Hopper sorprende con 'Lullaby Letterbomb', una composición que ha tocado poco y menos aún grabado. Parece haber salido de la imaginación de un compositor de Trinidad, aporta un toque exótico inesperado y en su momento, se dijo, se quería escuchar a algunos percusionistas locales para realzarla más. Uno se da cuenta que Paul Flush ha modificado el sonido de su teclado para sacar sonoridades próximas a un steel drum. Una mención particular puede ser otorgada a Flush por sus elecciones sonoras. Realmente los sonidos en boga en los teclados de los años 1990 hicieron a veces daño en los oídos, tanto que están "marcados" por su época, pero Flush supo moderar todo esto variando los ambientes.

Los dos últimos títulos son un homenaje muy claro a la música negra. 'Frankly Speaking', cuya marcha no descabalaría en un álbum jazz funk, y sobretodo 'Lux Beta', que es la composición más bluesera que Hopper ha podido imaginar. Aquí todavía Paul Flush se adapta produciendo el sonido de un órgano. Esta pieza termina de forma muy apropiada por un feeling tranquilo, un concierto tocado más o menos cerca de sus oyentes. Este disco es probablemente uno de los más intimistas de toda la discografía de Hugh Hopper, singularidad que él comparte con el volumen siguiente.


Volume 4 – Four by Hugh by Four


Otro grupo, otro ambiente con Four by Hugh by Four, dicho de otra manera, 4 de Hugh tocados por 4. Se trata pues de un cuarteto y aquí también el grupo es único en la discografía del bajista. Este álbum ocupa un lugar específico no solamente en esta serie sino más generalmente en la discografía de Hugh Hopper; de hecho, es uno de los raros al no incluir ni teclado ni guitarra, esto hace suponer que el bajo estará más claramente presente de lo habitual. El grupo está pues constituido por Robert Jarvis al trombón, Oscar Schutze a la batería y Frank Van Der Kooy al tenor y al clarinete bajo (primer título). Este último es el más conocido puesto que había tocado en la banda de Hugh Hopper al principio de la formación y Hopper había tocado en su propio grupo, N.d.i.o.

'Was A Friend', que será objeto de un tratamiento particular en el último volumen es una composición de una total tensión donde Hopper, después de una introducción más bien virtuosa, pasa a un registro más "minimalista" concentrándose en una sola nota o casi, que él obtiene golpeando la cuerda de manera rítmica, este motivo de aspecto lancinante crea un verdadero clima y esta tensión sube progresivamente a la mitad de la pieza.





Hasta ahora han sido pocas las ocasiones de escuchar esta composición como las tres siguientes que siguen.

‘Virus Day', es un ritmo de tempo medio pero los músicos no se duermen ni mucho menos. En 'Wrong Gong', Hopper propone un tipo de tema repetitivo basado en ocho notas un poco en la forma de una tambura en la música indú. Aquí se encuentra el interés que Hugh siempre tuvo por la música llamada minimalista, que constituye uno de los puntos de anclaje de 1984. Este disco relativamente corto que se ha grabado en 2000 en Holanda acaba con 'Miniluv', y la versión que se toca ofrece todavía un punto de vista nuevo sobre la esencia de esta composición. En primer lugar, durante los primeros segundos donde toma posesión el baterista, su forma de tocar podría hacer pensar que va a abordar el tema con un ritmo reggae, pero la sensación desaparece cuando abandona casi enseguida el contrapunto rítmico para tocar en una igualdad más bien binaria que remite más al rock. A pesar de todo esta puerta brevemente entreabierta hace pensar que una guitarra rítmica al lado del bajo podría dar una bella interpretación a la forma reggae de este título. No pasan más que unos segundos antes de notar los "bucles" repetitivos tocados por el saxofonista y el trombonista a modo de introducción; bucles que, en particular Van Der Kooy, reutiliza a mitad de la pieza. El propio Hopper también se concentra sobre esta manera de abordar el tema haciendo variar muy progresivamente la firma melódica de este tema de tal manera que se le reconoce siempre atrás, al fondo. 'Miniluv', por su capacidad de acoger la repetición de cortos encadenamientos de notas posicionándose en la base, muestra toda la fascinación que esta manera de abordar la música ha producido en Hopper, pero también sobre generaciones de aficionados que se han abandonado a la contemplación auditiva escuchando a La Monte Young, Terry Riley o Steve Reich. Recuerdo haber evocado ya el tema en las columnas de esta misma revista [Improjazz (N. del T.)] durante una entrevista dedicada a Trevor Watts, en la que nosotros habíamos llegado a esta cuestión abordando los primeros discos del Spontaneous Music Ensemble, así como los de Moiré Music.

Four by Hugh by four viene a ser quizás (con el volumen 8), de los diez, el que seducirá más a los oyentes menos atraídos por el prog. Es sin duda el más "jazzista" de esta colección, pero sus composiciones guardan sin embargo el sabor que sólo un músico que viene de otra parte del jazz es capaz de dar. Es también por la constitución del grupo que toca estos temas, uno de los más intimistas, desde luego menos que el quinto volumen que es en dúo.



Volume 5 – Heart to Heart


Este nuevo volumen, así como los dos siguientes, nos van a permitir cruzarnos con algunas de las figuras legendarias de la escuela de Canterbury sin necesida de sumergirse en el prog de los años 1970. Esto comienza con este volumen, a través del dúo Hugh Hopper / Phil Miller, titulado Heart to heart y grabado en Amsterdam en 2007. Miller y Hopper han seguido caminos paralelos durante los años del prog, Delivery, Hatfield and the North y National Health para el primero; Soft Machine, Isotope y Gilgamesh para el segundo. Habían ya tocado juntos durante este período pero se encontraron oficialmente en la formación In Cahoots, con la que Hopper va a tocar al principio. Se reencontraron nuevamente en Short Wave pero se volverá a hablar en poco tiempo.



Hugh Hopper y Phil Miller, Amsterdam, 29 agosto 2007


En la discografía de Hugh Hopper los dúos son poco numerosos, el que viene a la memoria es evidentemente Two rainbows daily (junto a Alan Gowen), este ambiente de conversaciones amigables entre dos músicos que no tienen nada que demostrarse, ni entre ellos ni a los oyentes.


Para esta sesión cada uno aporta una composición: 'Miniluv' por Hopper y 'Calix' por Miller, esta última habiendo hecho su aparición en la época de Hatfield and the North, se encuentran otras versiones y especialmente con Elton Dean. Menos destacable que 'Seven for Lee', de Dean, dirán algunos, sin duda menos contundente igualmente que 'Miniluv', 'Calyx' sin embargo es un magnífico tema que empuja al lirismo pero no sucumbirá nunca en el exceso en manos de estos músicos. Se trata verdaderamente de un justo equilibrio entre sentido melódico e improvisación. Las otras tres piezas están más basadas en la impro que en la composición, pero con algunos reparos a pesar de todo.

'Sky light' es una pieza con atmósfera que revela una cierta tensión y a la que no faltaría más que una batería para que se la sitúe al lado del rock. Detrás del bajo se encuentra un discreto bucle que da la impresión que Hopper está pregrabado con un fuzz bass como en la época grande. 'Shifting sands', que acaba el álbum es una larga pieza de más de 18 minutos que contiene varias fases. Un bucle repetitivo sostiene los primeros intercambios que no parecen tomar una dirección muy definida pero que va a abandonarse bastante rápido, y el ambiente va a calmarse hasta el punto de convertirse en casi plano. Aparecen entonces nuevos "samples" de bajo discretos y repetitivos, después los dos músicos se reasientan plenamente para cerrar la pieza en un ambiente, de nuevo, más rítmico. Difícil decir si esta sesión está del lado del jazz o del rock, está claro que el sonido de la guitarra de Miller y su manera de utilizar el control del volumen hace inclinarse más por el segundo término pero la calidad de las improvisaciones remiten, sin embargo, al jazz. Al finalizar este quinto volumen uno no puede sino felicitarse una vez más ante la idea y calidad de esta serie.



Hugh Hopper y Alan Gowen en 1978    


Volume 6 - Special Friends


Phil Miller nos acompaña todavía en el volumen siguiente, uniéndose con Pip Pyle, otra figura del prog, para un grupo donde el personal varía en las dos últimas piezas. Conocido bajo el nombre de Pip Pyle' Short Wave esta formación también ha realizado gira como Hugh Hopper special friends. Un álbum de Short Wave se publicó en los años 1990, bastante decepcionante pero este sexto volumen viene a superar plenamente la frustración y eleva definitivamente las dudas sobre el potencial de este grupo. Para los amantes instruidos del prog el primer título 'For Alan' indica claramente a quien se dirige la dedicatoria, se trata de Alan Gowen por supuesto, con el que Hopper ha tocado a menudo desde finales de 1970. Es una balada donde Didier Malherbe ofrece un muy buen solo de flauta con la justa necesidad de lirismo, Miller le acompaña quedando bastante discreto. Una versión muy corta de 'Sliding dogs', tocada a continuación es totalmente diferente a la que se encuentra en el volumen 3, mucho más rock en cierta manera; esto restablece en cierto modo el background [trayectoria] de esta composición que figuraba por primera vez en dos versiones en el álbum Monster Band (1973). 'Midnight Judo' me recuerda la cuarta parte de la suite 'Slightly all the time' ('backwards') (Soft Machine, Third). 'Midnight Judo' no es de ninguna manera una recuperación sino que uno tiene la sensación que Hopper se inspiró de ese tema más antiguo para esta composición más reciente.


'Miniluv' que nos ha acompañado prácticamente desde el inicio de este itinerario permite a Phil Miller brillar en un solo que sin ser incisivo está sin embargo tocado con mucha convicción. Después es 'Wanglo saxon', una composición que se ha podido apreciar en North and South y que está tocada aquí un poco casi en el mismo estilo. 'Wanglo saxon' vuelve enseguida para introducir al grupo que va a tocar en las dos últimas piezas, Malherbe es reemplazado por Elton Dean al alto y el grupo está aumentado con un pianista. La sucesión de estas dos versiones es interesante puesto que la segunda lectura aborda el tema de manera más aflorada, más restringida. Aunque sin transición, el grupo engancha con una improvisación de más de 17 minutos que constituye una de las atracciones de este sexto volumen. Sin que se pueda identificar un tema, hay una rítmica que da una cierta dirección y cada músico improvisa por turno. De manera asombrosa Elton Dean no está particularmente incisivo en esta última parte, su forma de tocar aparece finalmente como bastante próxima a la de Didier Malherbe que le ha precedido en los otros 5 títulos. Esta larga improvisación es magnífica, no da ocasión de una demostración de fuerza del uno u otro músico sino ilustra más bien una gran coherencia del grupo y de improvisadores seguros ellos mismos y convincentes.


Volume 7 - Soft Boundaries



Soft Bound: Hugh Hopper, Sophia Domancich, Elton Dean y Simon Goubert




Si Miller había asegurado la continuidad entre los volúmenes 5 y 6, es Elton Dean quien es el nexo entre este volumen y el siguiente. Titulado Soft Boundaries este séptimo volumen viene de hecho a completar la discografía más bien escasa de un grupo que no habría por desgracia de durar mucho tiempo. Formado en 2004, la trayectoria de Soft Bound se paro con la muerte prematura de Elton Dean en 2006. Un sólo disco está disponible: Live at Le Triton 2004, grabado el 17 de junio. Constituido por Hopper al bajo, Dean al saxo, Simon Goubert a la batería y Sophia Domancich a los pianos acústico y eléctrico, esta última no era una novata en el ambiente post Canterbury puesto que se la encontrará, sobre todo al lado de Pip Pyle, en los años 1990. Este directo en Triton era más que prometedor y tiene bastante bien olvidadas frustraciones puesto que era evidente que el grupo había tocado mucho más que las cuatro piezas que contiene. Aquí están pues las previsiones satisfechas con este séptimo volumen, el cual añade dos piezas del concierto del 17 de junio 2004 y otras dos de un concierto dado un año más tarde.



 
Soft Bound Live At le Triton 2004
Antes de abordar la música en sí, es necesario que haga un pequeño repaso a la dinastía "Soft". A pesar de que Soft Head o Soft Heap no estaban del todo hechos en la línea del heroico Soft Machine del período Third, Fourth o Fifth, estos grupos se replanteaban la idea directriz, el buen lado jazz rock podríamos decir, a saber la energía del rock exceptuando las preocupaciones virtuosas. Lo que era igualmente interesante en estas dos formaciones era la ausencia de guitarrista, como en el periodo bisagra de Soft Machine. Pienso en efecto que si hubiera habido un guitarrista en Third y en los dos siguientes, nunca Ratledge y los demás hubieran podido llegar a ocupar el espacio musical como lo han hecho; cada uno sabía hasta qué punto en el prog un guitarrista ocupa naturalmente un sitio importante. Una de las razones por las cuales yo no he sido personalmente nunca muy entusiasta al respecto de Soft Machine Legacy al considerar por cierto que hubiera preferido con creces un teclado a los diferentes guitarristas que han pasado por ese grupo. Así Soft Bound inmediatamente ha encarnado en lo a mí concierne una especie de herencia de Soft Head o Soft Heap. Herencia sin duda alguna, pero la música es totalmente actual. Naturalmente si uno se basa en Live at Le Tritón se podía argumentar que la aparente modernidad se debía por cierto en que tres de las cuatro composiciones eran actuales, sólo 'Kings & Queens' venía del repertorio de Soft Machine. Sin embargo la interpretación de este "¡estándar!" no se hizo al pie de la letra. ¡Esto teniendo también en cuenta que Simón Goubert y Sophia Domancich revisaban aún su filosofía de bachiller cuando los dos ingleses estaban ya en las carreteras desde hacía tiempo!

Para los aficionados de Soft Machine es siempre interesante escuchar la relectura actual de determinadas composiciones, de hecho los diferentes "Softs", Head o Heap, han mayoritariamente tocado un repertorio inédito y han retomado poco. Así, descubriendo la lista de títulos de este séptimo volumen la febrilidad no va a dejar de invadir a los aficionados de la máquina blanda periodo Third.

Es 'Slightly all the time' la que abre el disco y la suite compuesta mayoritariamente por Ratledge está tocada en su integridad sin apenas rearreglo alguno. El carácter de esta composición que se despliega en sus diferentes fases produce siempre su efecto. Elton Dean aparece más bien discreto y es Sophia Domancich quien sale del apuro. Ella está al piano eléctrico lo que parece bastante lógico dada la historia de este tema, aunque no busque en modo alguno imitar a Ratledge. Utilizando su experiencia de jazz ella reactualiza completamente la composición. Su forma de tocar está naturalmente marcada por su gran diferencia (en edad) y ella no ha recurrido a ningún efecto sonoro particular, que descansa únicamente en sus solos o sus puntuaciones rítmicas. El espíritu de la pieza está ahí pero sin la menor traza de un aburrido revival. A este estadio de la escucha se espera con impaciencia la segunda versión que termina el CD preguntándose cuál es la buena razón que ha podido empujar a Michael King a elegir por segunda vez este título y no otro.

El segundo título que es además el último extraído del concierto del 17 junio 2004 es The lonely sea and the sky'. Ya alternado en el segundo volumen, esta pieza proviene de hecho de Hopper Tunity Box, grabado en 1976. Aquí se encuentra uno de los aspectos más interesantes de esta formación, a saber: que incluso si una parte de las raíces provienen del prog, el grupo no busca resucitar este período. Como por ironía además, Domancich se instala en el piano para esta pieza, es solamente en el segundo tiempo que regresa al piano eléctrico. Esta elección es realmente interesante, por cómo a su lado Elton Dean toca el saxello en un estilo de total moderación, y con un sonido magnífico pues él tenía el secreto, ¡el conjunto da a la pieza un aspecto francamente clásico! Esta pieza de tempo medio que apareciera como una especie de respiración plana en Hopper Tunity Box en un ambiente más bien de rock/experimental, se va a convertir en 2004 en una balada más que respetable pues la sólida composición se demuestra plenamente.

Damos a continuación un salto de un año para encontrarnos el 11 de junio de 2005 en el mismo lugar y con el mismo grupo o casi, para las dos últimas piezas de este volumen. 'Spanish Knee' contiene uno de los aspectos más singulares de esta formación, a saber, su capacidad de liberar energía de rock sin por ello estar en el jazz rock. Esto ya es lo que podía experimentarse en Soft Head o Soft Heap pero no francamente en In Cahoots por ejemplo. Este clima proviene sobre todo de Simon Goubert que marca el ritmo de manera mucho menos binaria que lo haría un baterista en un contexto jazz rock. Él es más sutil pero su despliegue de energía a lo Elvin Jones da a esta pieza un relieve singular que no se encuentra forzosamente en el jazz. Elton Dean siempre al saxello es más incisivo, y Sophia Domancich, sin imponerse, da pruebas de pertinencia.





Detalle de la contraportada de Soft Bounds -Live at Le Triton 2004


Al final llega la segunda versión tan esperada de 'Slightly all the time'. Al cuarteto se añade un segundo saxofonista, el francès Jean Michel Couchet que se encuentra en varios discos de Goubert. No conociendo por otro lado la discografia de este músico, no puedo confiarme nada más que en su prestación en este título. Visiblemente inspirado por la pieza y sin duda también por el grupo, él libera un solo muy cautivante, enérgico sin ser expresivo a ultranza. La pareja que forma con Dean es muy eficaz y apetecería tener más de un sólo título. Es también Simon Goubert quien está puesto delante con un solo de batería que una vez más podría recordar a Elvin Jones. El tema está de nuevo tratado en estas diferentes fases pero con foco más basado en los solistas. Sobre el conjunto de estos cuatro títulos Hugh Hopper permanece más discreto, no tomando apenas la palabra en solitario pero la pertinencia de sus contribuciones, en concreto en las figuras rítmicas que aporta en la primera versión de 'Slightly all the time', hace que uno se fije sin problema.

Este séptimo volumen es pues de importancia por la calidad de su contenido y porque viene a completar la más que escasa discografía de Soft Bound. Pero sobretodo una reflexión me viene al término de esta escucha y considerando que este grupo no ha tocado prácticamente más que en un solo sitio: "el Triton"; ime pregunto mucho qué hacen los programadores de festivales y pienso sobre todo en aquellos que trabajan en invierno o en las afueras pintadas de azul!
(4) Cómo las diferentes formaciones de Hugh Hopper han podido permanecer ajenas a estos acontecimientos. Es cierto que Hopper no ponía de su parte, obstinándose en permanecer siendo inglés durante toda su vida. Y sí, desgraciadamente, para una parte de la inteligencia del jazz en Francia el pasaporte americano deja todavía una calidad por sí misma. No saben lo que se pierden. El octavo volumen aporta una flagrante demostración.



Volume 8 - Bass on Top


Este octavo título intriga en primer lugar por su personal. A los lados de Hugh Hopper se encuentra en efecto el baterista Aharon Kaminski que viene más bien del rock alternativo, el productor e instrumentista Meidad Zaharia, fundador en otros tiempos del sello Mio Records, el saxofonista Pierre Olivier Govin (Frangloband) y finalmente el célebre pianista Slava Ganelin, quien fue en otros tiempos el alma del Ganelin Trio. Un piano, una batería y percusiones, un saxofón, loops y samples... Con semejante personal y frente acrobacias tales Hugh Hopper nos ha habituado a que uno se pregunte qué género de música nos espera puesto que se trata de una sola improvisación dividida en cinco partes.



Pero lo que intriga más todavía es lo que se nos da a conocer en las notas del libreto, a saber: que la sesión estaba normalmente prevista para dos. Inicialmente el productor quería grabara Kaminski y Ganelin, pero con la escucha de la sesión, Zaharia había tenido la idea de añadir un bajo, el de Hugh Hopper en una regrabación. Después Pierre Olivier Govin está incorporado también con el mismo procedimiento. Al principio se podría creer en un re-make de 1984 y por tanto también en una banda sonora en coherencia con el clásico de George Orwell. Todo es como en 1972, un bajo eléctrico en tensión, con sonido desmultiplicado y con drone inestable, todo dominado por sonidos apenas identificables pero pudiendo hacer pensar en una lejana multitud agitada. Pero poco a poco Kaminski y Ganelin toman posesión y el fuzz bass desaparece en beneficio de un bajo simplemente eléctrico. Se entra en la segunda fase y una extraña impresión puede atravesar al oyente en este momento, la sensación de una modernidad ya oída. Es en lo que se caracterizan la segunda y tercera partes de esta pieza, ese sonido aparentemente con referencias al prog, pero de una sutileza tal que uno duda en los remarques. Al principio de la segunda parte la música puede remitir a Leg end, o Unrest de Henry Cow en lo que se refiere a la improvisación, pero sin por ello decir que se está en el jazz. Los ritmos, el posicionamiento de los solistas no evoca directamente al jazz. Es en concreto el enfoque de Pierre Olivier Govin que instala el clima, no imponiéndose él como lo haría casi de forma natural un saxofonista de jazz, él se instala un poco a la manera de un Geoff Leigh, desapareciendo antes que uno le preste demasiada atención. Slava Ganelin es, en cuanto a él, bastante reconocible, autor de sus agitados asaltos inmediatamente temperados por una calma asegurada tal como los libraba en el Ganelin trio. Poco a poco, sin embargo, las referencias ritmicas al jazz se instalan pero sin nunca identificarse totalmente a este estilo.

En el cuarto movimiento Govin endosa, esta vez más claramente, la costumbre del saxofonista de jazz en una pieza que podría hacer pensar en una versión actual de Soft Heap. Algunas discretas manipulaciones sobre el sonido del saxo remiten una vez más al trabajo sonoro efectuado en los dos primeros [álbumes de] Henry Cow. Kaminski por su parte hace demostración de una buena inventiva tanto en la batería como en las percusiones, puesto que la manera de tocar con el sonido contribuye tanto al aprovechamiento del ritmo como al simple respeto del tempo. El bajo de Hugh Hopper está muy bien aprovechado en la mezcla con un sonido un poco diferente del que nos tiene acostumbrado a escuchar viniendo de él. Se añadieron sonidos graves que hacen que el sonido del instrumento esté más presente, pero también un poco más apagado, haciéndole planear como una sombra persistente sobre el grupo entero. La improvisación se calma totalmente en su última fase, el bajo ha desaparecido para dar lugar a discretos loops con la fuente bastante desconocida, el saxofón está también eclipsado y los misteriosos loops forman un tapiz detrás de la batería de Kaminski que se aplaca y el piano de Ganelin que toma aires de Satie o de un Mal Waldron introspectivo.


Slava Ganelin actuando en Lituania con el Ganelin Trio Priority


Este octavo volumen ocupa un lugar particular en el seno de toda la serie. En efecto, North & south, Frangloband o Soft Boundaries se inscriben en una especie de tratamiento del pasado al presente. Pero ese Bass of Top propone una música enteramente nueva. En efecto, aquí no hay temas familiares como se pueda encontrar en las otras formaciones, la organización de la música es inédita e incluso si se encuentran trazos del pasado, este se ve reapropiado por el músico de una manera totalmente nueva. Del mismo modo, los miembros de este grupo así como las circunstancias de la grabación, revelan una selección inédita. Si en las diferentes formaciones de los primeros volúmenes se encuentran músicos que comparten un pedestal común, el prog o el post prog, aquí todo es distinto. Ni trazo de prog ni de Kaminski ni de Ganelin. Pierre Olivier Govin demuestra ser un músico que hubiera podido tener un camino aún más largo con Hugh Hopper, y aparece en este volumen como totalmente en fase con la evolución musical que perseguía el bajista. Este disco es también un mensaje póstumo a todos aquellos que actualmente tocan incansablemente una música que data de 40 años, convencidos de estar a la vanguardia y preguntándose al mismo tiempo porqué venden tan pocos discos. Para esta larga improvisación Hopper demuestra cómo influencias tan gloriosas sean las que sean no deben hacer función de cortapisa sino que deben permitir, al contrario, una reactualización de la música.




Volume 9 - Anatomy of Facelift


El volumen nueve se presenta bajo apariencias engañosas; en efecto, cuando se propone cinco veces el mismo título 'Facelift' podría creerse que se destina sobre todo a los oyentes versados en musicología. Cinco veces la misma pieza ino se puede seducir nada más que a aficionados de profundos estudios musicales! Pero el hecho es que estas cinco versiones son totalmente diferentes y presentan cada una un verdadero interés. De modo que uno no se cansa en modo alguno de este disco a pesar de su constitución. Sin pretender disertar sobre 'Facelift como lo haría un musicólogo; a pesar de todo, es necesario detenerse sobre la singularidad de cada versión porque el álbum representa bien el título que tiene; en realidad, es una anatomía de esta composición a la cual estamos invitados.

'Facelift' es el título que abría Third y por el que se introdujo pues la mutación que Soft Machine efectuó en menos de un año. Si 'Sightly all the time' u 'Out bloody rageous' soltaron en realidad las amarras en el primer período de la máquina blanda, 'Moon in june' y 'Facelift' fueron el nexo. Aún siendo instrumental, 'Facelift' conservaba el aspecto directo propio del rock. Menos sofisticado que las dos composiciones de Ratledge,





Robert Wyatt, Hugh Hopper y Mike Ratledge
['Facelift'] permitía al grupo no desorientar más que moderadamente a su auditorio, si se me permite decirlo. Es justamente en parte éste el motivo que Hugh Hopper aborda en la introducción de este CD donde él expone que no habiendo hecho estudios musicales particulares de sus composiciones sean más bien simples, citando como ejemplo contrario a Mike Ratledge, quien teniendo nociones teóricas sobre la música le permite componer de manera más compleja. El propósito de Hopper subrayando que una composición de apariencia simple puede hacerse más compleja según la manera de quien la aborda va a estar ilustrada por la selección y la sucesión que quiso Michael King, quien va a secundar, en efecto, a una complejidad gradual del título.

Este comienza por la que es probablemente la versión más rock de 'Facelift', grabada el 25 de junio de 1969 en París; esta versión es una de las raras en trío y ella da a entender lo que se podría llamar el esqueleto de la composición. Desprovista de la introducción a la cual la pieza será adosada por la suite, uno entra inmediatamente en el chorus inicial y en lo sucesivo célebre. La manera de tocar el bajo de Hopper está bastante concentrada en un espectro limitado, a la manera de un bajista de rock, Wyatt tiene una poderosa forma de tocar; los dos músicos estando favorecidos por la mezcla, es por lo que se puede hablar del esqueleto del título. Lo que acentúa la dimensión rock de esta primera interpretación es también el sonido tan crudo del órgano de Ratledge que toma a veces acentos de guitarra eléctrica. Su solo es impresionante y el conjunto del trío despliega toda la energía de un grupo de rock. Cuatro meses después el ambiente evolucionó sensiblemente. Ahí todavía uno se asienta directamente en el título pero el trío de base está aumentado por Elton Dean (saxo alto), Lyn Dobson (flauta y saxofón), Marc Charig (trompeta) y Nick Evans (trombón).




Cierto que el sonido es un poco confuso y uno tiene dificultad para distinguir a cada uno de estos músicos pero esto, resulta claramente compensado, con la llegada de los arreglos que vienen a incorporarse al tema de base. Estos arreglos así como los solos dan a esta pieza una dimensión menos cruda, más sofisticada. Los solos son privilegiados en la tercera versión, fechados el 4 de enero de 1970, se asemejan a la grabación de Third. Hay menos solistas potenciales puesto que los vientos se reducen a Dean y Dobson, pero de golpe la dimensión jazz aparece más evidente puesto que hay más sitio para la improvisación. Es también la primera vez que el título no se tocó directamente sino que se presentó durante unos cuantos calmados minutos antes de la llegada de la pieza propiamente dicha.

Las dos últimas versiones son interesantes porque aportan también una evolución un poco inesperada. Se vuelve a la fórmula en trío, aun cuando en la escucha uno podría creer que hay dos órganos. La primera de estas dos versiones está grabada el 27 de marzo de 1971 en Noruega; la introducción un poco lenta de la pieza se prolonga y durante un instante uno cree incluso que el título va a tomar una dirección un poco free pero esto se calma muy rápido. La soltura de Ratledge en cuanto a hacer juegos malabares entre el órgano y piano eléctrico recuerdan el ambiente de los primeros National Health. Los habituales habrán comprendido que yo quiero describir por aquí sonoridades bastante refinadas pero de repente el bajo de Hopper toma un sonido claramente más afilado y el tema suena. Sin embargo, Ratledge mantiene este clima un poco jazz rock durante toda la pieza, Wyatt se queda bastante discreto en su manera de marcar el ritmo. La versión siguiente, separada un mes de la que venimos escuchando, se instala un poco de la misma manera con la diferencia que la introducción lenta es más breve, el tema llega más de repente y Wyatt retoma una forma de tocar más masiva. Las improvisaciones de Ratledge son también más directas y comprometidas. Se aprecia al término de este recorrido que escuchar cinco veces el mismo título no ha sido aburrido ya que las versiones seleccionadas son diferentes y todas interesantes. La selección muy juiciosa de Michael King ha venido a ilustrar a la perfección el propósito de Hugh Hopper recogiendo la diferencia entre el título y la manera de abordarlo. Esto parece evidente en el jazz pero lo es menos en una música que tiene una parte de sus raíces en el rock.



Hugh Hopper, Robert Wyatt, Mike Ratledge, Lyn Dobson y Elton Dean en 1971


Pero esto abre también una interrogante en relación con la cohorte de homenajes a los gigantes del jazz al cual uno tiene derecho después de tan largo tiempo. ¿El mejor homenaje consiste en volver a tocar el tema o apropiárselo para hacer cualquier cosa nueva? En menos de dos años están comprendidas estas cinco versiones de 'Facelift' y en este corto lapso de tiempo el título ha evolucionado mucho. Pero haría falta entonces volver a Volume 2: Frangloband y que se rememorase la versión de 'Facelift' que figura para convenir que aquella marcó seguramente un poco de audacia y aparece como un poco moderada a la luz de esto que se viene escuchándose.



Volume 10 - Was A Friend

Queda pues un décimo volumen que aparecerá a principios de septiembre (5) [2015]], que contendrá sobre todo un reencuentro de Hopper y Chris Cutler asi como una versión de 'Was a friend' (6), por el trío de Denis Colín.




Dado el nivel de los nueve primeros títulos, hay pocas posibilidades para que este último volumen decepcione. La idea de publicar estos CDs separadamente y no bajo la forma de una caja es correcta en cuanto a que deja la posibilidad a cada uno de favorecer lo que se desee escuchar incluso cuando, en mi opinión, los diez volúmenes son indispensables tal y como son, y en cuanto a que cada capítulo da valor al grupo de esta colección. Es necesario señalar también, una vez más, el excelente trabajo de organización y de compilación efectuado por Michael King quien demuestra de nuevo la exigencia de calidad que ha marcado sobradamente todos los títulos sobre los cuales ha trabajado, tanto para su sello como para los que le pasaron lista; uno no podía imaginar mejor homenaje a la música de Hugh Hopper. Para ser completo del todo, sin que eso no sea reivindicado por el sello Gonzo, esta serie parece salir en cantidad muy limitada puesto que algunos ejemplares son ya un poco difíciles de encontrar. Finalmente, en el mismo sello podréis encontrar algunas otras reediciones importantes en relación con Hugh Hopper. Hay sobre todo los dos álbumes del cuarteto Hopper, Dean, Tippett, Gallivan a saber, Cruel but Fair y Mercy Dash. Presente igualmente en el catálogo encontramos la reedición del álbum Monster Band, de Hopper, asi como un Live de 1971 de Soft Machine junto a Daevid Allen y Gilly Smith.




 
(1) Originalmente este artículo se publicó en la revista francesa Improjazz. (N. del T.)

(2) Cuando se publicó originalmente el artículo solo se habian publicado los 9 primeros títulos. Actualmente ya se ha publicado el 10 y último.

(3) Michael King falleció el 2 de marzo de 2015. Puedes leer una entrevista con él en El Chamberlín, n° 15 (N. del T.)

(4) Frase irónica por parte del autor que recuerda a festivales que, con una tradición de decenios, se organizan en París y alrededores apoyados por instituciones oficiales de la ciudad como el Festival Sons d'hiver (desde 1991, en Val-de-Marne y Paris) y Banlieues Bleues (desde 1984, organizado por dicha asociación, en Seine-Saint-Denis y otros extrarradios de Paris) N. del T.

(5) El articulo original se publicó en septiem¬bre de 2015 pocas fechas antes de la edición del último volumen.

(6) 'Was a friend' era el título genérico que Michael King tenía pensado para la salida de esta colección.


 

Originalmente publicado en la revista francesa
Improjazz# 218, septiembre 2015.
Cuenta con los permisos del autor
y el editor de Improjazz, Philippe Renaud.
https://sites.google.com/site/improjazzmag/home



HUGH HOPPER - DEDICATED TO HUGH

Hugh Hopper nació el 29 de abril de 1945 en Canterbury
y falleció el 7 de junio de 2009.

 

       
     
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